viernes, 27 de marzo de 2009

No me mola el urbanismo. Eco- System

Manifiesto


La muerte del planeamiento. “ ¿por qué? No porque no esté planeada: de hecho, enormes universos complementarios de burócratas y promotores canalizan flujos inimaginables de energía y dinero hacia su terminación; por el mismo dinero sus llanuras podrían fertilizarse con diamantes y sus campos embarrados podrían pavimentarse con adoquines de oro......pero su descubrimiento más peligroso y estimulante es que el planeamiento no supone diferencia alguna. Los edificios pueden colocarse bien o mal. Las redes viarias se estiran en exceso, envejecen, se pudren, se quedan obsoletas; las poblaciones se duplican, se triplican, se cuadruplican y de pronto desaparecen. La superficie de la ciudad explota, la economía se acelera, se lentifica, se dispara o se hunde. Lo que demuestra todo ello es que hay infinitos márgenes ocultos, colosales reservas de inercia, un perpetuo proceso orgánico de ajuste, normas, comportamientos; las expectativas cambian con la inteligencia biológica del animal mas atento. En esta apoteosis de la elección múltiple nunca volverá a ser posible la causa y el efecto. Funcionan, es todo.”(la ciudad genérica, rem koolhaas, 2006)

Eco- sistema renuncia al planeamiento urbano tradicional. No sabemos hacer ciudades. El planeamiento siempre tuvo formas y colores asignados; industrias de morado, suelos no edificables de verde.......el urbanismo siempre tuvo forma de urbanismo. Creemos en la probabilidad, en el estudio de enormes orbitales de parámetros que produzcan gigantescas situaciones; matrices de millones de elementos. El papel del arquitecto no debe situarse en plantar edificios o colorear áreas de terrenos políticos y pantanosos. El arquitecto debe coordinar, entender, organizar las posibilidades, distribuir parámetros y proponer un conjunto de soluciones. Vemos el urbanismo como unidades de densidad. Regiones donde caben todas las posibilidades dentro de los parámetros establecidos.

Eco- sistema plantea una maquina. Proceso por el cual el planeamiento, tanto de vieja como de nueva planta, se dota de herramientas de ingeniería visual donde el diseño representa el segundo papel. Proponemos dos fases de actuación: la primera fase analiza, propone y reclama y la segunda, ejecuta y diseña.

Manifestamos nuestro desacuerdo con los enunciados que proponen diseñar ciudades en tres meses, planear como 10.000 habitantes quieren vivir. ¿en base a que?, ¿a todo?, ¿qué es todo?

“el desarrollo del medio urbano es la educación capitalista del espacio” (situacionistas, 1961). Representa una elección de una determinada materialización de lo posible y la exclusión de otras. Entonces, el urbanismo es un chantaje a la utilidad. Se oculta que lo más importante de dicha utilidad se ha puesto al servicio de la reedificación. Con esto queremos decir que el urbanismo no acepta crítica y se cobija debajo de la rama de la necesidad de vivienda, pero en realidad esta forma de hábitat no está pensado para la gente, sino sin la gente y contra la gente.

El planeamiento es, según estos teóricos, un reflejo de la sociedad, es decir, como una organización de la participación en algo de lo que es imposible participar. ¿son estas razones suficientes para tender a lo probable, al trabajo incierto? No producimos vivienda, no situamos las calles, no dotamos a las urbes de instalaciones, simplemente jugamos con las probabilidades para cerrar la puerta a toda materialización de lo posible. No es competencia del diseñador decidir lo material, esto solo lo pueden hacer equipos multidisciplinares de hombres y mujeres sin corbatas que estudien y probabilicen las características y parámetros necesarios para el funcionamiento de lo común al individuo que probablemente habite el lugar en cuestión.

Es cierto que el nuevo ámbito urbano reúne condicionantes de adaptación a problemas contemporáneos como el cambio climático. Es aquí donde nuestra maquinaria arranca, eliminando del libre albedrío y monopolio de la decisión a aquellos que se llaman diseñadores, urbanistas o incluso arquitectos. En el momento en que lo no probable finalice, comienza el turno del arquitecto, decidiendo y diseñando los márgenes de probabilidad que la maquina nos ordena.

Ya no se ordena el territorio, se ordena la situación de lo probable.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

deja de gritar

Anónimo dijo...

tio por favor edita el post y ponlo en minúscula que así no hay quien lo lea...

pablocco dijo...

totalmente de acuerdo!!!
sobre todo en lo referente a

"por el mismo dinero sus llanuras podrían fertilizarse con diamantes y sus campos embarrados podrían pavimentarse con adoquines de oro". qué gran verdad!