Supongo que todos conocéis la Ley de Murphy ("si una tía está buena, tiene sentido del humor y te hace algo de caso, será lesbiana o estará planeando vender tu páncreas en el mercado negro"), pero tal vez no la Ley de Goodhart o la Ley de Godwin.
La Ley de Goodhart afirma que cuando usas un parámetro determinado para medir alguna magnitud de interés en economía o cualquier otro ámbito donde haya intereses de por medio, al cabo de un tiempo el parámetro dejará de ser útil.
En economía, la idea es que si un gobierno o una empresa es consciente de que se evaluará su gestión a través de un determinado indicador (pongamos la tasa de paro o los beneficios anuales), su objetivo será optimizar ese indicador, en lugar de optimizar su gestión. De esta manera el indicador deja de representar la calidad de gestión, y si no que se lo digan a Grecia y a Goldman Sachs.
Una tía podría juzgar el nivel cultural de un tipo por la música que lleva en el ipod. Sin embargo, si el tipo es consciente y se la quiere zumbar, cambiará a bisbal por rachmaninoff y el indicador se irá a tomar por culo.
Esto también pasa en el colegio y la universidad. Se supone que los exámenes son un indicador de lo que el alumno sabe o comprende. Es obvio que la Ley de Goodhart da bastante en el clavo, porque a base de hacerte exámenes de años anteriores como un poseso al menos en teleco es bastante posible sacar buenas notas sin tener demasiada comprensión intuitiva de qué cojones estás haciendo (como yo, sin ir más lejos).
La Ley de Godwin afirma que según se alarga una discusión por Internet (foros, comentarios en blogs, cruce de emails, y yo también la aplicaría a las discusiones de borrachos a las 3 de la mañana) la probabilidad que alguien mencione a Hitler o a los Nazis se aproxima a 1. Esto nadie lo sabe mejor que Glenn Beck (increíble la parte sobre la empatía y sobre los bancos):
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