domingo, 23 de mayo de 2010

El hombre que susurraba a los caballos

Kenneth Pinyan era un ingeniero de Boeing oriundo de Seattle. Al bueno de Kenneth le gustaban mucho los caballos. Para ser más exacto le gustaba mucho ser penetrado analmente por caballos.

Nadie se habría enterado de este pequeño vicio de no ser porque un típico día lluvioso de esos que te quedas en casa leyendo o vas al rancho de un colega para que te grabe mientras un caballo te dar por el culo con un nuflo del grosor de tu pierna, Kenneth murió por un desgarro en el colon. Al parecer le había dado vergüenza ir al hospital (supongo que tras barajar algunas excusas en plan "pues sí, un resbalón tonto, no sé ni como pasó y de repente se me había metido el bate de béisbol hasta el intestino delgado...").

La policía encontró este vídeo (sí, es un vídeo de un caballo follándose a un hombre, y sí lo he visto, porque un cachondo me lo enseñó  con su iphone a traición en una fiesta, yo como soy buena persona os aviso, aunque a más de uno le parecerá una mariconada) en el rancho del colega y a raíz de esto se prohibió la zoofilia y grabarte practicándola en el estado de Washington. Yo lo de prohibirlo francamente no lo entiendo, pero en fin...

Por si a alguno de vosotros le preocupa la salud mental del caballo, en la página de Wikipedia sobre el caso dejan claro que 

"The prosecutor's office says no animal cruelty charges were filed because there was no evidence of injury to the horses."

Más detalles en esta página.

1 comentario:

Mad as a Hatter dijo...

Maaaadre! El ruidito cada vez que le embiste, hace creer que se la mete hasta la misma garganta.

Por cierto, me encanta el detalle de los piercings en la bolsa escrotal. Se nota que a este le mola(ba) la caña.