miércoles, 22 de julio de 2009

Cocinando a Mahoma

A través de Mi Mesa Cojea he descubierto este gran corto de Javier Krahe y Enrique Seseña:



Según una juez, emitir esto en Canal Plus "puede ser constitutivo de un delito contra los sentimientos religiosos, previsto y penado en el artículo 525 del Código Penal". Estoy tentado de fundar una religión que se viese ultrajada por Gran Hermano o los programas del corazón a ver si así ponían algo decente por la tele. De todas formas, no entiendo a qué viene tanto alboroto. Digo yo que si a Cristo realmente le molesta ya se encargará de que Krahe y Seseña sean sodomizados con un gigantesco nuflo de fuego o algo así.

En cualquier caso, desde paletos ignorantes, queremos contribuir una vez más al diálogo de civilizaciones, así que he aquí cómo cocinar a Mahoma:

1. En el Islam están prohíbidas las efigies del profeta, con lo cual nos veremos obligados a no conformarnos con sucedáneos. El primer paso es dirigirnos a Masjid al-Nabawi (la Mezquita del Profeta) en Medina, Arabia Saudí.

2. Desenterramos a Mahoma cuando el imán, y a poder ser también el resto de fieles, no mire. Esto es bastante importante si queremos evitar ser lapidados en la plaza de enfrente de la mezquita.

3. Examinamos los restos de Mahoma. Aquí existen dos opciones:

  • Si el cuerpo está incorrupto (recordemos que estamos hablando de un tipo que al parecer se llevaba de puta madre con dios), para cocinar la carne podremos utilizar el mítico 1080 recetas de cocina de Simone Ortega, aunque tal vez lo que más proceda sea hacer un kebab.
  • Si sólo quedan los huesos, haremos un caldo, al que por respeto religioso en ningún caso añadiremos jamón.

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