domingo, 1 de agosto de 2010

¡Igualdad ya!

Cuan lamentable es la discriminación contra las mujeres. Cobran menos por hacer el mismo trabajo, no se las respeta en numerosas disciplinas y Dios ni siquiera les concedió un sentido del humor.

Pongamos un ejemplo, si un tío te toca los cojones en un bar, es posible que le sueltes un guantazo. Sin embargo, si es una mujer, ¿a quién se le ocurriría hacer esto?



Obviamente este sujeto ha logrado algo que mojaría las bragas de la mismísima Bibiana Aído. Ha conseguido ver más allá de prejuicios troglodíticos y propulsar a esta mujer hacia el siglo XXI de un buen ostión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si Dios ni siquiera nos concedió un sentido del humor, ¿qué coño hacemos leyendo vuestro blog?